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¿La Forma del agua o Mar de fondo?

Columna Factor RH en Red

Carlos Vargas

Ya nos estamos acostumbrando a ver año con año en la premiación de lo mejor del cine internacional, la presencia de mexicanos. Guillermo del Toro es el tercer mexicano en ganar el premio Golden Globe al Mejor Director y Mejor banda sonora por su película La forma del agua o The Shape of Water. Y fue en el hotel Beverly Hilton en donde se le entregó el Golden Globe a uno más de “los tres compadres”, como se le conoce a ese trío de directores mexicanos cinematográficos. Ahora su película está nominada en 13 categorías de los Premios Óscar.

Del Toro un auténtico The Storyteller o cuentacuentos, alcanza en los Globos de Oro 2018 siete nominaciones y dos premios para su película titulada La forma del agua, la película también ganó el prestigioso León de Oro en la 75ª edición del festival de cine de Venecia.

Es una película la que podríamos catalogar como un sortilegio cinematográfico, poniendo a México una vez más y de manera oportuna ante los reflectores del mundo en su camino a un posible Óscar en este año 2018.

Película con mensaje

Para quienes gustamos obtener un mensaje en nuestras asistencias al cine, Guillermo Del Toro lo logra, con una película llena de símbolos sugestivos, mismos que se van descubriendo al verse con atención y reflexión.

El director de origen mexicano lleva con maestría la acción de personajes de la vida real, entre ellos una afanadora muda que trabaja en un gran centro de investigación en la Unión Americana de mediados del Siglo XX, concebido como un pujante país líder del mundo, y cuyos habitantes ostentaban con orgullo el ser estadunidenses. Es en la etapa de la llamada guerra fría con la Unión Soviética.

La afanadora muda, Elisa Espósito (Sally Hawkins) personaje central, y su amiga afroamericana compañera de trabajo Zelda Fuller (Octavia Spencer) viven en los Estados Unidos de América de principio de los 60’s, en el país del Ku Klux Klan, organización de la extrema derecha y de un racismo intenso, todo esto exteriorizado en un personaje de la película, el coronel Richard Strickland (Michael Shannon), responsable del centro de investigación, lugar en donde trabajan las afanadoras ya mencionadas.

La vida ante la pantalla chica

Los personajes simbolizados en este filme viven el sueño americano de los años 60´s embelesados y atrapados en los televisores, con su programación repleta de temas del medio oeste, del héroe estadounidense (Bonanza, Hopalong Cassidy, El Llanero Solitario, RinTin Tin, Bat Masterson), así como de los musicales espectaculares y románticos (Shirley Temple, Fred Astaire), y de anuncios televisivos del rodar de llamativos automóviles fabricados en la industria americana.

Para 1960, uno de cada seis trabajadores estadounidenses era empleado directamente o indirectamente por la industria automotriz, todo ello símbolo de un país en pleno desarrollo. Ese es el mundo al que el estadounidense promedio quiere retornar lo que es más que imposible, ya que han de tomar conciencia de que la propuesta de Donald Trump de regresar empleos de este sector a Estados Unidos no será viable.

En la película La forma del agua hay un momento en que ingresa en escena un personaje mítico (interpretado por Doug Jones). Esta criatura, aparentemente peligrosa, es motivo de pugna entre sanguinarios espías de la Rusia de Nikita Kruschev, cuyo propósito es asesinar a dicho personaje mítico, evitando con ello que los estadounidenses avancen en sus investigaciones por la carrera al espacio sideral y, en consecuencia, al control mundial.

El David de los hombres anfibios

El personaje mítico es a la vez una horrible y hermosa criatura, tiene el poder de la curación, y que por su morfología representa a un hombre que en palabras de su creador Guillermo Del Toro es El David de los hombres anfibios.

Esta historia, La forma del agua, va de la mano con los cuentos y producciones cinematográficas de bellas y bestias, así Guillermo Del Toro nos transporta hacia el mundo real del Siglo XX, rodeado de un mundo mágico con escenas fluyendo y flotando en el agua para llevarnos a la cúspide de dos importantes valores y sentimientos del ser humano que han sido, son y serán la fórmula para vivir y convivir en cualquier lugar del mundo: amor y aceptación.

Guillermo del Toro, talentoso y exitoso mexicano, que nace en la ciudad de Guadalajara, Jalisco el 9 de octubre de 1964, estudia, trabaja, crea y crece en México, pero se ve obligado a huir a la ciudad de los Ángeles, California, como respuesta al secuestro de su padre en el año de 1998, rescatado mediante el pago correspondiente.

Historias de color, luces, sombras

Hoy día Del Toro, como sabemos, es un exitoso mexicano, director, guionista, productor y novelista, y ha sido galardonado internacionalmente en diversas ocasiones, y tiene grandes posibilidades de obtener el Óscar cuya entrega tendrá lugar en el teatro Dolby, en Hollywood, el 4 de marzo de este 2018.

Nos dice Guillermo del Toro “Durante años he elaborado historias de color, luces y sombras; en muchas instancias, así como en tres ocasiones especiales, estas historias me han salvado la vida”.

Un monstruo de la vida real: Donald Trump

México y los mexicanos nos estamos enfrentando, a personajes tan monstruosos como Donald Trump, discriminatorio, despreciativo por todo lo que para él representan los mexicanos, los latinos y los ciudadanos del mundo que no sean de la raza aria, la llamada supremacía blanca.

A nivel interno, México y los mexicanos también estamos enfrentado a pillos, criminales perversos, estos seres no son míticos, son reales, personificados en algunos integrantes de la clase política y por supuesto del imparable crimen organizado, que con complicidad de algunos gobernantes se han apropiado de la tranquilidad y de la riqueza de este potencial país.

Una zambullida refrescante

Para enfrentar este escenario, el país requiere de la activa participación de los jóvenes, de los adultos, de las mujeres y hombres que tengan valor, conciencia, y el amor o simplemente interés por un México que logré liberarnos de nuestros monstruos, de nuestras imperfecciones como país.

Ya que “Somos mexicanos” y “Tomando en cuenta la oscuridad para prender la luz, ya que esa es nuestra realidad” podremos lograr el cambio en México con el valor de la democracia. Y nos quede muy claro que el reconocimiento a un mexicano por La forma del agua es una zambullida refrescante para un país denigrado por la violencia, corrupción e impunidad.

Guillermo del Toro, el multigalardonado cineasta de origen mexicano.

Carlos Vargas

Carlos Vargas Hernández es reclutador digital, consultor, coach, gestor de asociaciones profesionales, articulista, escritor, mentor y conferencista. Es colaborador de diversos medios, como Merca 2.0. Su correo es: carlos.vargas@mundofarma.com.mx

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