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¿Qué viene después de la crisis por Covid-19?

Prepararnos para la resaca pos pandemia

La pandemia de Covid-19 ha impactado e impactará en la sociedad en distintos temas, siendo la salud el más preocupante en un plazo no muy lejano, por lo cual es necesario preguntarse qué políticas y acciones tomarán todos los involucrados, sobre todo la industria de la salud.

Pamela Iñesta*

Lo que la Covid-19 ha dejado al descubierto no es solo el impacto de una pandemia en el mundo entero, la rápida diseminación y la desinformación alrededor de una nueva enfermedad. Si analizamos con cuidado lo que se ha vivido en este último año, se puede destacar que quedó de manifiesto el poco cuidado que las personas tienen tanto en su persona como en sus hábitos higiénicos y dietéticos.

La pandemia también ha revelado la poca conciencia sobre el impacto que las medidas básicas de higiene tienen en la salud, como el correcto lavado de manos, el estornudo de cordialidad y la sana distancia, que hoy parece inconcebible no llevarlo a cabo. De igual manera, se ha reforzado la importancia de una adecuada alimentación desde edades tempranas y en la transición hacia a  la adultez, ya que es a base para el fortalecimiento del sistema inmune y permite gozar de salud física y mental.

Por desgracia, México ocupa el nada honroso segundo lugar a nivel mundial en sobrepeso u obesidad, pues 70% de su población presenta dicha condición. Pero no todo acaba ahí, también nuestro país tiene el primer lugar en obesidad infantil, lo cual explica al alto nivel de contagios y fallecimientos por Covid-19.

Un gran impacto en las instituciones de salud

Pero no es tema nuevo, infinidad de fuentes de salud refieren que el sobrepeso y la obesidad se asocian a otras enfermedades con altas cifras de mortalidad, como lo son las cardiovasculares y metabólicas. A lo anterior es necesario sumar que la Covid-19 generó un gran impacto en las instituciones de salud, aunado a la crisis de insumos y medicamentos, ante recientes cambios en las adquisiciones de los mismos, los bajos inventarios y la poca capacidad para comprarlos.

No olvidemos la invaluable labor de los profesionales de salud y personal relacionado en el gremio, que tuvo que reaccionar sin cuestionar la situación, dejando en la mayoría de los casos su vida y familia para hacer frente a esta pandemia.

Es cierto, es la primera vez en 100 años que se vive una situación así, pero aun así, quedó al descubierto que México, a pesar de ser un estado que ha avanzado mucho, sigue en un proceso interminable de desarrollo, donde la comunicación, orientación y toma de decisiones en cuestión de salud por parte del gobierno no ha sido suficiente, sobre todo si consideremos la referencia y tiempo que se tuvo para actuar.

Acciones inéditas

No podemos olvidar el deterioro del sistema salud heredado de los sexenios anteriores, los cuales no invirtieron e hicieron caso omiso de la infraestructura y recurso humano. En este contexto, se tuvieron que implementar acciones inéditas en entidades como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) e Instituto de Seguridad y Servicios Sociales (ISSSTE), y a la par, recurrir al sector privado para cubrir la emergencia sanitaria.

Una pequeña muestra fueron las donaciones, de forma totalmente desinteresada y en el mejor ánimo de ayudar, que las farmacéuticas realizaron directamente y a través de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam) y el Consejo Farmacéutico Mexicano (CFM).

Con todo ello, surgen los primeros cuestionamientos: en materia de educación y salud, después del Covid, ¿se logrará impulsar y sostener políticas que promuevan una sociedad consciente y plena de su bienestar? ¿el gobierno establecerá como prioridad acciones y determinará objetivos claros para la infraestructura institucional, física y de recurso humano con el propósito de reactivar la nación? ¿Existirá un mejor relacionamiento entre lo público y lo privado para fines comunes?

Un peligroso coctel

Tampoco podemos dejar de lado temas de gran incidencia social, como la existencia de la violencia intrafamiliar, donde se estima un incremento del 8% de violencia hacia las mujeres en los casos reportados, faltaría considerar lo no reportado, además de otros tipos de agresión como la cibernética, entre otras más.  Además, tenemos la gran cantidad de disolución de matrimonios o de vínculos afectivos, también como resultado de pandemia.

A este peligroso coctel se le tiene que añadir el incremento en la desigualdad de roles y responsabilidades a nivel familiar, donde las madres además de cubrir las labores generales del hogar y sus actividades profesionales, tuvieron que tomar el compromiso del homeschooling y ofrecer la “mejor educación a sus hijos”, a veces con poco o nulo apoyo de parte de sus parejas.

Por si fuera poco, está también el creciente desempleo de las mujeres versus hombres, por las razones previamente mencionadas, dando prioridad a que el padre mantuviera su tradicional labor de proveedor y un mayor enfoque a su labor profesional, relegando a  las mujeres, inclusive si ellas se mantienen en el ámbito profesional.

Una labor titánica

Definitivamente, cada uno en su realidad, las labores en casa se han convertido en una labor titánica e inimaginable de suma de esfuerzos, generando un alto nivel de agotamiento físico y mental, que seguramente en pocos meses o años, se verán reflejados en la sociedad, lo cual requerirá de nuevas herramientas y soluciones de salud.

Los problemas derivados de la pandemia serán muchos, como los trastornos de alimentación, los físicos, derivados del sedentarismo, malas posturas corporales, ejercicio no supervisado por expertos; trastornos mentales, como depresión, ansiedad, etcétera; y las adicciones al alcohol, tabaco y otras drogas, que desencadenarán un cúmulo de enfermedades.

La industria de la salud, pieza fundamental

¿Estamos preparados como industria de la salud para atender estos nuevos retos? ¿hemos encontrado nuevas alternativas de comunicación y soluciones en cuanto a tratamientos y medicamentos para los pacientes?

Como conclusión, debemos decir que la industria farmacéutica y todos quienes colaboramos en la cadena de salud, somos pieza fundamental para la sociedad en general. Reconozcamos que estamos en el reflector y ahora, cuando muchos han aprendido a hablar nuestra jerga, no desperdiciemos la oportunidad de generar un impacto aún mayor que el que dejará esta pandemia.

* Pamela Iñesta cuenta con dos licenciaturas, una por el Unitec, en Mercadotecnia, y otra, por la UNAM, en Psicología. Cuenta con un MBA por la UIW y es docente en la Unitec. Ha trabajado por más de 18 años en el área de marketing farmacéutico, donde ha tenido posiciones estratégicas en varios laboratorios. Es impulsora de la igualdad de género y el empoderamiento de niñas y mujeres.

Columna Invitada

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