Abrir y cerrar ciclos en el desarrollo humano y organizacional
Columna FH en RED
Forman procesos de evolución, evaluación y aprendizaje. Son tareas que exigen la intervención de personas y de líderes que vislumbren estos ciclos con madurez en el ejercicio de su actuación.
Carlos Vargas, especialista en RH y columnista multimedios
Hace poco tiempo tuve la oportunidad de ver y escuchar una entrevista que se realizaba a un amigo experto en desarrollo humano y organizacional, la cual se efectuaba en un canal streming de YouTube, con el tema La importancia de cerrar ciclos; dicho encuentro inició de manera muy interesante, poco después, el entrevistador perdió el rumbo del tema central.
Después de ello, y con una insatisfacción profunda, me di a la tarea de escuchar a especialistas en un examen más profundo del tema referente a los ciclos, sus procesos de apertura y cierre, mismos que consideramos fundamentales en la vida de las personas y de las organizaciones.
Tal naufragio lo canalizamos positivamente y tomó la forma de reto e idea para escribir en esta colaboración acerca de:
- El desarrollo de la vida misma visto como un ciclo en espiral.
- La importancia de la apertura, cierre de los ciclos en nuestra vida, su monitoreo y evaluación.
- La oportunidad que se logra al cerrar y abrir nuevos ciclos, sin desechar el aprendizaje.
Todos esto vinculado a los temas del desarrollo humano y organizacional.
- El desarrollo de la vida misma visto como ciclos en evolución radial.
Todos los seres vivos recorremos, a nuestra manera de entender, ciclos de manera espiral, es decir, un inicio y un final en constante evolución radial; y en esta vida de lo que se trata, es de dar un impulso al fortalecimiento ascendente a todo lo que emprendamos y finiquitemos y no dejar ciclos abiertos.
Podríamos decir que el ciclo más importante es el ciclo de la vida ya que sin él no habría nada que pudiéramos relatar.
El ciclo de vida en su forma básica es el biológico, el cual comprende la gestación, nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte; si dejáramos esta declaración como la columna vertebral de nuestra reflexión, estaríamos haciendo de nuestra existencia un ingrato reduccionismo, ya que comparándonos con la vida de una planta o de cualquier otro ser viviente, el ser humano, posee o tiene un universo de elementos que nos diferencian.
Ciclos en la vida del ser humano
Esos ciclos de vida, y en el transcurso de tiempo requieren de llevar a cabo diversas funciones, y son tres las vitales:
- Nutrición para el desenvolvimiento de las funciones vitales, relación y reproducción.
- Relación: permite captar de las células las variaciones producidas en el medio y responder a ellas. (Presión, temperatura, concentración de substancias…)
- Reproducción: asegura la continuidad de los seres vivos.
7 periodos en la vida del ser humano
Los periodos de la vida del ser humano, en los cuales hay desarrollo físico, motor (psico-afectivo), cognitivo y social entre otros, son siete y están ordenados de la siguiente manera:
Todos y cada unos de estos 7 periodos de la vida del ser humano, corresponden a un ciclo en su tiempo y espacio; el cuerpo es sabio e identifica cada etapa, manifestándose en diversa formas; y también hay espacio para que nos apoyen o apoyemos a otras personas.
2. La importancia de la apertura, cierre de los ciclos en nuestra vida, su monitoreo y evaluación.
Estas siete etapas se cumplen de manera puntual y dependerá de cada familia, de cada persona, de cada institución (escuela, trabajo, sociedad) comprometida con el niño o niña para acompañarlo, para que cada ciclo se cumpla ordenadamente abriendo y cerrando cada uno de ellos; ahí es donde cada niño o niña va evolucionando, teniendo aprendizajes continuos, llegando un momento en que el propio individuo en sus etapas de adolescencia, adultez y vejez, se hace responsable de sus ciclos.
Esos aprendizajes serán significativos y de valor en la medida que el contexto familiar, académico, laboral y de la sociedad cumplan con el modelo de persona y de ciudadano con el que se hayan comprometido alcanzar.
Es necesario entender que la vida y lo que en ella sucede son “un universo de ciclos”, que se abren y se cierran; ciclos en los que los valores infundidos y habilidades (competencias) aprehendidas y/o desarrolladas adquieren un importancia toral, tales como los relacionados en las dos siguientes imágenes:
Todos y cada uno de estos enunciados son en sí mismos un ciclo dentro del ciclo de la vida misma y van haciendo presencia inmutable en cada etapa de los seres humanos.
Es aquí en donde el monitoreo y evaluación de estos enunciados, a través de expertos independientes o no implicados en los resultados adquiere gran importancia.
3. La oportunidad que se obtiene al cerrar y abrir nuevos ciclos
Con ello, pretendo reflexionar que en la vida de las personas y de las organizaciones se requiere cumplir rigurosamente con:
Procesos de formación, desarrollo, maduración, monitoreo, evaluación, control y retroalimentación.
Como personas, nacemos, crecemos, nos desarrollamos, reproducimos y sucumbimos. En esos procesos, requerimos de apoyo, de guía, de monitoreo y evaluación por parte de personas u organismos que posean un criterio justo. Lo mismo sucede en las instituciones, llámense de gobierno, organismos empresariales, profesionales, instituciones de la sociedad civil, las cuales deben cumplir ciclos en un proceso de enseñanza-aprendizaje.
El ciclo humano y organizacional son procesos integrales
Es indiscutible que la realidad nos muestra que, a través de su desarrollo, las personas y las organizaciones enfrentan crisis en cada etapa que cierran y/o abren mismas que afectan su actuación, muchas veces amenazan su estabilidad y hasta su existencia; crisis que tiene que ver con su desarrollo o con los cambios generados en su tejido económico, político o social.
Estamos convencidos que todo en la vida es un ciclo, dentro de un proceso integral; y si en el proceso algún factor no funciona como debe o creemos que tiene que ser, revisemos y valoremos la actuación, pero no eliminemos al actor; esto sería tanto como si un médico por su inhabilidad o discordancia con sus pares solicitara cortar la pierna a un paciente, debido a que tiene una uña enterrada.
Así, tanto el ciclo del desarrollo humano, como el organizacional, son temas de evolución, evaluación y aprendizaje que exigen la participación de personas y de líderes con gran madurez en el ejercicio de su actuación.
En conclusión, es muy importante abrir y cerrar ciclos de la mejor manera, su impacto se advertirá reflejado en el benéfico crecimiento de las personas, las organizaciones y consecuentemente de la sociedad en general.