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Industria farmacéutica, estratégica y prioritaria

Columna Innovación y Regulación

Industria farmacéutica, un sector con alto impacto en la salud y en la economía

Es importante destacar el rol que está desempeñando la industria farmacéutica, en México y en el mundo, ante la pandemia de Covid-19, a través de diversas acciones, cuyos objetivos centrales son la investigación y el desarrollo de medicamentos, vacunas y dispositivos médicos para contender con esta enfermedad.

José Rivelino Flores

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud como “…un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades…”; por otro lado, podemos conceptualizar a la economía como “la organización de los recursos disponibles que suelen ser escasos, para satisfacer las diferentes necesidades y así tener un mayor bienestar”. Ambos conceptos están íntimamente relacionados y su adecuada atención es fundamental para el desarrollo y prosperidad de las naciones.

De esta forma, las políticas públicas de los diferentes países deben incluir la política en salud y la política económica con ejes fundamentales de sus programas nacionales de desarrollo. En el caso de México, a nivel del Poder Ejecutivo, la Secretaría de Salud y la Secretaría de Economía son las responsables de integrar, articular y ejecutar dichas políticas en sus ámbitos correspondientes de competencia.

En este escenario, la industria farmacéutica está enfocada en la realización de actividades que tienen un impacto directo tanto en salud como en economía, contribuyendo en forma positiva al logro de las metas nacionales correspondientes. 

Disminuir la mortalidad ligada a enfermedades

En materia de salud, la industria farmacéutica descubre, investiga, desarrolla, fabrica y oferta medicamentos y dispositivos médicos, los cuales son fundamentales para atender y resolver los problemas de salud de las diferentes poblaciones del mundo. Es así, que el uso de los medicamentos y dispositivos médicos ha sido un elemento fundamental para prevenir padecimientos, e incluso erradicarlos, para disminuir la mortalidad ligada a enfermedades, para incrementar la esperanza de vida, y en general, mejorar la calidad de vida de las personas.

Desde la perspectiva económica, las actividades que realiza la industria farmacéutica inciden de manera importante en rubros como inversión, generación de empleos, pago de impuestos, comercio de bienes y servicios y generando cadenas de valor en donde las actividades de la industria son tractoras de otras actividades económicas.

De esta forma, la industria farmacéutica tiene un rol esencial para la salud de la población, lo cual además de los efectos bien conocidos en los indicadores sanitarios y de los impactos directos en empleo e inversión, también tiene un impacto en el desarrollo económico de un país a través de generar mayor productividad al fortalecer las capacidades físicas y mentales de la población, reduciendo incapacidades o ausentismos laborales y de generar condiciones para que al contar con una buena salud se tienen mejores niveles de aprendizaje y educación al mejorar la asistencia y el desempeño académico, lo que puede contribuir a mejorar las posibilidades de desarrollar actividades económicas productivas.

Entre más salud, mayor desarrollo económico

Existe un fuerte vínculo entre la salud y desarrollo económico. Con mayores ingresos, se tiene mejor salud, pero también se ha demostrado que a mejores condiciones de salud mayor capacidad para crear riqueza.  A continuación, algunos ejemplos que ilustran el vínculo entre salud y desarrollo económico:

  • Un año de incremento en la esperanza de vida se traduce en un incremento de entre 1% y 4% en el PIB (Bloom, Canning y Sevilla, 2001; y OPS, 2002; citados en Funsalud, 2003)
  • Diferencias en la salud explican aproximadamente el 17% de la variación en el producto por trabajador entre los países (Weil, 2001; Bloom, Canning y Sevilla, 2002; citados en Funsalud, 2003)
  •  Las inversiones en salud aumentan el rendimiento de las inversiones en educación. Como ejemplo, las intervenciones para prevenir los parásitos entre los estudiantes reduce en un 25% el ausentismo escolar según un estudio en Kenya (Miguel y Kremer, 2001; citados en Funsalud, 2003)

Con capacidad suficiente

En nuestro país, el mercado farmacéutico durante 2019 tuvo un valor $286,663 millones de pesos (mdp) y se movieron un total de 4800 millones de unidades[1]. Para atender esta demanda, por fortuna, la industria establecida en México cuenta con la capacidad suficiente para abastecer de los medicamentos e insumos para la salud que los mexicanos requieren, de esta forma:

  • Existen alrededor de 250 empresas productoras e importadoras de medicamentos y 243 empresas de dispositivos médicos y material de curación.
  • Hay suficiencia para cubrir la demanda, pues de la capacidad instalada, el 74% es la planta utilizada (2019).
  • La industria establecida en el país abastece el 90% de las medicinas que se consumen en el país, de las cuales el 75% es producido por las empresas instaladas en el país[2].

Una industria generadora de empleos de calidad

Adicionalmente, de los 259 sectores que conforman la economía mexicana, la industria farmacéutica demanda insumos de 161 sectores y complementariamente 163 sectores dependen para su actividad económica de la producción de la industria farmacéutica. Sumando al Producto Interno Bruto (PIB) de la industria farmacéutica el de sus proveedores, se obtiene una participación promedio al PIB manufacturero de 4.1% (2019).[3]

Por su parte, en materia de empleo, en 2019 el sector farmacéutico empleó de manera directa a 101,852 personas y de manera indirecta a 500 mil personas, resaltando que las remuneraciones anuales promedio del sector son 3.3 veces más que las del promedio del sector manufacturero ($366,405 pesos vs. 111,626 pesos anuales)[4].

Finalmente, vale la pena destacar el importante rol que está desempeñando la industria farmacéutica, en México y en el mundo, ante la pandemia de Covid-19, a través de diversas acciones cuyos objetivos centrales son la investigación y el desarrollo de medicamentos, vacunas y dispositivos médicos para contender con esta enfermedad, así como garantizar con oportunidad, en calidad y cantidad, el suministro de los insumos necesarios para la atención de la emergencia sanitaria provocada por el virus SARS-Cov2 (Covid-19) y para preservar los bienes terapéuticos.

Referencias:


[1] Fuente: Canifarma 2020. Elaboración de Canifarma con datos de INEFAM, IQVIA y Knobloch.

[2] Fuente: Canifarma 2020. Elaboración propia con datos de Cofepris, INEGI y el III Compendio Estadístico de la Industria Farmacéutica en México de Canifarma.

[3] Fuente: INEGI. Matriz insumo-producto (2012) última versión disponible.

[4] Fuente: Canifarma 2020. Elaboración propia con datos de INEGI y del III Compendio Estadístico de la Industria Farmacéutica en México de  Canifarma.

José Rivelino Flores

José Rivelino Flores Miranda es maestro en Ciencias y QFB por la Facultad de Química de la UNAM. Ha sido profesor invitado por universidades públicas y privadas para temas de regulación sanitaria, investigación clínica, farmacovigilancia, entre otros. Vocero de México en el Grupo Farmacéutico del Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico y representante de Canifarma en la Convención de la Farmacopea de los Estados Unidos. Miembro del CNQFB A.C., de la Asociación Farmacéutica Mexicana (AFM), de la Asociación Mexicana de Farmacovigilancia (AMFV), de la International Society of Pharmacovigilance, de la International Society for Pharmaceutical Engineering (ISPE) y del Capítulo México de la Professional Society for Health Economics and Outcomes Research y Asesor de la AMFV. Miembro Fundador del Capítulo México de ISPE. Actualmente es Director de Asuntos Regulatorios e Innovación en la cámara. Su correo es: jrivelino.flores@mundofarma.com.mx

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