El amor en tiempos pandémicos
Se acerca ya el 14 de febrero...
Columna Sapiencias
¿Cómo celebran ahora los enamorados el amor y la amistad en estos días de sana distancia? Los días corren sin dejar huella en el loco calendario de esta crisis. Las relaciones sentimentales, ¿fueron las más afectadas a causa del distanciamiento social? Y en otro ángulo, ¿cómo es el amor y el sexo en la era digital?
Enrique Chao Barona
Se acerca una fecha risueña, el día del amor y la amistad, pero ¿qué tanto ha amargado la pandemia y la sana distancia al toque romántico de esa colorida fecha?
Durante el confinamiento, como se sabe, las relaciones interpersonales en el seno de algunas familias la crisis abrió grietas disimuladas y pasó a restarle fibra al amor, lo fue menoscabando. Pero ahora se sabe (hay otros datos) que no dañó tanto las relaciones cuyo equilibrio, en primera instancia, no parecía estar en entredicho. En todo caso, esos individuos, familias y/o parejas desbalanceadas momentáneamente, acudieron quizás a la ayuda especializada.
Con el corazón remendado, regresaron a su relación más o menos enderezados
No obstante, se sabe que muchos más sí perdieron el equilibrio, que ya no viven juntos, que se dieron un espacio, un rato en el limbo, una sana distancia. Hoy se sabe que los divorcios y matrimonios en 2020 sufrieron en México un desplome inédito de dos dígitos, y la causa fue la pandemia de Covid-19, que obligó a cerrar los juzgados y los registros civiles por varios meses, así como la cancelación de las bodas para evitar un brote masivo del virus de origen chino.
Sabía usted que, de acuerdo con la Dirección General del Registro Civil de la Ciudad de México, ¿los matrimonios registraron una disminución de 33.5% durante el 2020, debido a la pandemia de la Covid-19, lapso que registró una reducción en la demanda de este servicio por la población debido al confinamiento de las personas?
En ese año, únicamente 12,042 parejas se casaron, cuando en 2019 hubo más de 27,436 bodas por lo civil. Por el lado de los divorcios, de acuerdo con datos de INEGI dados a conocer en septiembre de 2021, a lo largo de 2020 se registraron 92,739 divorcios; 42% menos que los registrados en 2019, y se destacó que 8,719 fueron resueltos por la vía administrativa y 84,020 por la judicial.
Más allá de la ficción romántica, una pandemia y su duración nos muestra de qué está hecha nuestra humanidad. En esas horas, días, semanas, meses -en lo bueno y en lo malo, en nuestra salud personal y en un ambiente sano o enfermo-, mostramos quiénes somos y en cuánto valoramos eso que llamamos amor y que lo exhibimos sin recato el empalagoso 14 de febrero.
¿El estrés afloja el día del amor y la amistad?
Sin embargo, «la pandemia ha causado estrés a todo el mundo. Hay un trauma colectivo», indican los psicólogos y, a pesar del colapso generalizado de muchas parejas, hay quien reconoce que «las que eran fuertes antes de que todo esto llegara, hoy son aún más fuertes porque ya sabían cómo usar su relación como recurso en momentos de estrés”. Las parejas que se han visto más afectadas “son aquéllas en las que había problemas antes de que esto comenzara».
La tradición de celebrar cada 14 de febrero (día de los enamorados) tiene muchos adeptos en todo el globo. En muchos países esta fecha florece como el segundo día con mayores ventas en el año después del Día de la Madre. Y pase lo que pase, de seguro se seguirán regalando flores, chocolates y corazones al compañero o compañera.
Cabe recordar que el Día del amor y la amistad es un día para confirmar una vez más la sintonía que uno tiene con la pareja, los amigos, los familiares o los compañeros de trabajo o de la universidad. Es un día especial para demostrar cuánto valoras la compañía de esas personas que de una u otra manera siempre están para ti. Sin embargo, a causa de la pandemia, esas muestras de cariño se han visto adelgazadas por las restricciones y el distanciamiento social.
Antes, en esa fecha, muchas parejas también se casaban o decidían casarse luego de una propuesta romántica. Hoy, sin embargo, por un cúmulo de razones, muchos insisten en no celebrar este día, porque, alegan con amargura, se ha convertido en una fiesta comercial.
Celebra una costumbre muy antigua
Pero ¿cuál es el origen de esta tradición? Lo cierto es que proviene de mucho tiempo atrás. De hecho, del Siglo III. Se dice que un obispo romano llamado Valentín casaba a los enamorados a pesar de la prohibición que había impuesto el Emperador Claudio II, quien estaba convencido que el matrimonio era una distracción para los soldados y los ablandaba para la guerra.
Según la leyenda, Valentín les regalaba a las parejas recién casadas flores de su jardín. Era un romántico empedernido, y por lo mismo, ignoró o desoyó el decreto del Emperador al celebrar muchos matrimonios en secreto. Y todo iba bien hasta que el emperador se dio cuenta de su desobediencia, y sin más consideraciones, ordenó su detención y encarcelamiento.
En el calabozo, el infatigable sacerdote aprovechó para promover la doctrina del cristianismo. En esas andaba cuando el oficial que lo había encarcelado lo retó a que devolviera la vista a su hija. Cuenta la leyenda que Valentín suplicó tanto a Dios que le cumplió el deseo, y aunque el milagro se cumplió, para su desgracia no fue una atenuante suficiente para salvarlo de su condena a muerte; así que Valentín fue martirizado. Se comenta que fue asesinado el 14 de febrero del año 270. Tras su muerte, la hija del oficial que recuperó la vista hizo que ese día, y a partir de entonces, se celebrara a San Valentín. En conmemoración suya, los antiguos romanos regalaban flores a las mujeres el 14 de febrero.
RECUADRO 1
El amor, ¿de veras vale tanto obsequio?
Sin embargo, como insinúa el filósofo Richard David Precht: “El amor romántico lo anhelamos, pero no existe», según escribe en su libro, publicado por Ediciones Siruela. Él es uno de los filósofos más populares del momento y su libro ‘Amor: Un sentimiento desordenado’, es un éxito de ventas y una revelación sin pausa, página a página, de un tema tan inasible: «¿Cómo escribir un libro sobre el amor? ¿Sobre algo tan privado, velado, maravillosamente ilusorio como el amor?”, se pregunta y responde lo siguiente:
“De este libro no aprenderá usted nada que mejore sus habilidades en el dormitorio. Tampoco le ayudará en caso de ataques de celos, penas de amor y pérdida de confianza. Y no contiene sugerencias y apenas buenos consejos para la convivencia diaria en pareja. Aunque quizá pueda contribuir a que usted se vuelva más consciente de unas cuantas cosas que antes le resultaban poco claras; a que tenga ganas de sondear con mayor exactitud este reino loco en el que (casi) todos queremos vivir. Y posiblemente piense usted conmigo un poco en las reacciones que ha consolidado como normales y supuestas. Quizá tenga ganas de proceder con usted mismo en el futuro un poco más inteligentemente; aunque, naturalmente, sólo si y cuando usted quiera», recomienda Richard David Precht en la Introducción.
RECUADRO 2
Amor y el cupido de Internet
El amor. Por la sana distancia, ahora se mezcla con sitios de Internet, por lo menos es lo que se puede atestiguar en la siguiente dirección que no va dirigida únicamente a los 20.4 millones de personas que no tienen pareja en países de habla alemana (Alemania, Austria y Suiza), sino que guarda equivalencias con muchos países de occidente, donde también buscan a su media naranja: Ver https://www.youtube.com/watch?v=uzQCbaLrW4Q&ab_channel=DWDocumental.
Puede hablarse ahora que suman millones los que se sumergen en plataformas de citas (sobre todo aplicaciones). «No preveíamos ni remotamente que íbamos a generar una revolución. Lo único que hacemos es conectar a la gente directamente. Hoy nadie necesita estar en un lugar específico para conocer a otra persona», afirma Whitney Wolfe, jefa actual de la aplicación de citas Bumble sobre el éxito de Tinder, la más exitosa.
La selección intuitiva por foto en el smartphone y el acceso al otro o la otra en caso de interés mutuo (el famoso «match«) hoy es un concepto popular para la búsqueda de pareja. “En los grandes sitios de citas en línea, los algoritmos deciden, aparentemente, quién encaja con quién -destaca el reportaje, y añade que “…es un procedimiento complejo y misterioso”.
El psicólogo Hugo Schmale, de 87 años, desarrolló su famosa «fórmula de Parship«. Sin embargo, él no cree en un vínculo para toda la vida: “los jóvenes del mañana seguramente llegarán a los 90 años. Y si se conocen a los 15, es raro pensar que mantendrán la misma relación hasta los 90 años”. Lo normal es que uno cambie y “hay que asumir la posibilidad de separarse». Por su lado, la socióloga Eva Illouz advierte que “el capitalismo ha acaparado el amor”.
El documental sumerge al público en el mundo de las citas en línea y trata de averiguar qué cambia el cortejo digital. Pero si usted es más tradicional, mejor piense cómo celebran los más conservadores esta tradición y déjese de cuentos.