¿Busca el gobierno de Sheinbaum transparencia y eficacia en compra de medicamentos?
Columna VALID
El nuevo modelo de compra de medicamentos presentado por la SSa pretende garantizar el abasto y elevar los niveles de transparencia mediante la participación pública. Este paso busca no solo combatir el histórico desabasto, sino que también invita a la ciudadanía a involucrarse en la supervisión del proceso.
Fausto Hernández Vidal, director general de Valid Pro
Desde el inicio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la compra y distribución de medicamentos en México se convirtieron en un tema crítico y, en muchos momentos, polémico. Por ello, ahora, la administración de la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se enfrenta a una tarea compleja: garantizar que los medicamentos lleguen a quienes los necesitan, en tiempo y forma, y a un costo razonable.
El modelo de compra anunciado por la Secretaría de Salud (SSa) para los próximos años, en el marco de la conferencia mañanera, parece abordar estos desafíos mediante un enfoque innovador que apuesta por la transparencia y la participación ciudadana.
Desde la llegada de Sheinbaum al poder, se planteó un cambio profundo en la estrategia de compras de medicamentos, que ahora se presenta como un plan de largo plazo, con licitaciones cada dos años y un proceso de adquisición centralizado. Este sistema se encargará de coordinar el suministro para instituciones clave. como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales (ISSSTE), y el sistema IMSS-Bienestar, lo cual representa una labor titánica.
Abasto garantizado, un desafío urgente
Para millones de mexicanos que dependen de los servicios de salud pública, la falta de medicamentos es una realidad que golpea directo a su bienestar. Según cifras oficiales, la administración anterior de López Obrador enfrentó un desabasto considerable: más de 15 millones de recetas no se surtieron, cinco veces más que en el sexenio previo, de Enrique Peña Nieto. Este desabasto, combinado con el incremento en el gasto de bolsillo que los hogares han tenido que asumir para comprar medicamentos por cuenta propia, configura un escenario insostenible que el gobierno de Sheinbaum busca corregir.
En teoría, el nuevo modelo de compra intenta responder a estos problemas no solo mediante la mejora en la planificación, sino también mediante un enfoque de transparencia. Eduardo Clark, subsecretario de Integración y Desarrollo de Salud, ha explicado que se implementarán sistemas digitales en todas las etapas del proceso de compra, lo cual permitirá una mayor supervisión, tanto de parte de las autoridades como de la sociedad civil.
Transparencia y participación ciudadana: una estrategia innovadora
Un aspecto novedoso de esta estrategia es la apertura a la opinión pública, permitiendo que tanto proveedores como ciudadanos en general emitan comentarios y sugerencias a través de una plataforma digital. Esta medida, de nuevo en teoría, plantea la posibilidad de una verdadera rendición de cuentas. Así, el gobierno se compromete a escuchar las opiniones y adaptar las condiciones de las licitaciones conforme a las necesidades reales de la población.
De esta manera, la plataforma (discusion.salud.gob.mx) es un espacio en línea donde se publicarán todos los proyectos de compra de medicamentos e insumos médicos, ofreciendo detalles como fechas de entrega, volúmenes y especificaciones técnicas. Así, la ciudadanía puede acceder a la información completa y, si lo desea, hacer sugerencias que serán tomadas en cuenta antes de lanzar las licitaciones finales.
Este enfoque, que considera la participación ciudadana en la gestión pública pretende fortalecer la confianza en un sector históricamente cuestionado y otorga un papel protagónico a la sociedad en la toma de decisiones que impactan su salud.
Compra centralizada y planeación a largo plazo
Un cambio significativo es la centralización del proceso de compra en la SSA, en lugar de depender de las adquisiciones individuales de cada institución. Esta medida busca optimizar los costos mediante compras consolidadas, generando economías de escala y, a su vez, asegurando que el volumen de medicamentos adquiridos esté basado en las necesidades reales de cada entidad, no en las limitaciones presupuestales previas.
Además, la compra a largo plazo —con contratos de suministro bien definidos para los próximos dos años— brinda una estabilidad que anteriormente era casi inalcanzable. Esto permite al sistema de salud proyectar mejor la demanda y evita que hospitales y clínicas queden sin medicinas ante fluctuaciones de precios o retrasos de última hora en el suministro.
¿Eficiencia sin sacrificios de calidad?
Asegurar un abasto constante es solo una parte del desafío. Las licitaciones y el control de calidad serán supervisados en colaboración con el Laboratorio de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), el cual será responsable de las adquisiciones y coordinará la asignación de contratos a proveedores confiables. Este organismo, bajo la observación de la SSa, deberá establecer criterios estrictos para garantizar que se compren insumos de calidad que respondan a las necesidades terapéuticas de los mexicanos.
Además, este enfoque podría hacer frente a una de las críticas más persistentes en el sector: que la búsqueda de ahorros no debe sacrificar la calidad de los medicamentos que llegan a los usuarios. La vigilancia constante y las penalizaciones para proveedores que incumplan con las entregas son medidas que el gobierno considera esenciales para asegurar un funcionamiento adecuado del sistema.
Retos a enfrentar
Si bien el modelo presentado tiene potencial para mejorar el sistema de salud en México, no estará exento de desafíos. Lograr que los medicamentos lleguen a tiempo y en las cantidades necesarias depende de una logística precisa y de la capacidad del Estado para negociar con eficacia. Las sanciones y el monitoreo de contratos de manera puntual serán factores cruciales para garantizar la efectividad de este nuevo modelo.
Otro tema a vigilar es la transparencia en el uso de la plataforma digital. Que el público tenga acceso a la información es un paso positivo, pero debe ir acompañado de un mecanismo efectivo para que las sugerencias ciudadanas sean atendidas y, en su caso, integradas en las decisiones finales.
Un primer paso hacia un sistema más justo
El compromiso del gobierno de Sheinbaum de implementar un modelo transparente y participativo marca una diferencia importante respecto a administraciones anteriores. Aunque solo el tiempo dirá si esta estrategia cumple con las expectativas, esta apuesta por la transparencia y la eficiencia en la compra de medicamentos es, sin duda, un avance significativo en un tema de gran relevancia para los mexicanos.
La sociedad mexicana debe permanecer atenta a cómo evolucionan estas reformas y hacer valer su derecho a un sistema de salud más accesible y justo. En última instancia, garantizar el acceso a medicamentos no es solo un reto logístico, sino un compromiso ético que debe ser inquebrantable.
Enfrentar la dura realidad
Solo una acotación final: los funcionarios deberían haberse asesorado de personas que han trabajado en esta industria, pues los tiempos tan cortos que han puesto en este programa no necesariamente se ajustan a la dura realidad.
Como sabemos, antaño los contratos del gobierno de compras consolidadas con las farmacéuticas y/o distribuidores se hacían con un año de antelación, no con tres meses, porque los laboratorios, una vez firmados los contratos, tienen que echar a andar toda la maquinaria, desde la compra de las sales y todos los insumos para entregar los medicamentos en tiempo y forma.