Bebidas azucaradas disparan crisis de salud en México
Columna VALID
Un estudio reciente publicado en Nature Medicine revela que el consumo elevado de refrescos y otras bebidas azucaradas en México está relacionado con más de 46 mil muertes anuales por diabetes y enfermedades cardiovasculares. El país se encuentra entre los más afectados a nivel mundial, con una de las mayores cargas de morbilidad asociadas a estas enfermedades.
Fausto Hernández Montiel
En México, las bebidas azucaradas son una presencia constante en la vida diaria. Sin embargo, esta preferencia está teniendo consecuencias devastadoras para la salud pública. Un estudio reciente ha destacado la estrecha relación entre el consumo de estas bebidas y el aumento de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y las afecciones cardiovasculares.
Dicha investigación, liderada por la mexicana Laura Lara-Castor, investigadora en la Universidad de Washington, analizó datos de 184 países y encontró que México registra una de las mayores cargas de morbilidad por diabetes y enfermedades cardiovasculares asociadas al consumo de bebidas azucaradas. Según el estudio, en 2020, más de 46 mil muertes en el país fueron atribuibles a estas causas.
Factor de riesgo
Ese estudio identificó que uno de cada 10 nuevos casos de diabetes tipo 2 y uno de cada 30 de enfermedad cardiovascular son consecuencia directa del consumo de refrescos, bebidas de frutas, energéticas y limonadas, entre otras. Las regiones con mayor incidencia de estos padecimientos por este factor de riesgo son América Latina y el Caribe, seguidas por África subsahariana.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2023, el 30% de la dieta de los mexicanos se compone de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas. Más del 80% de la población consume estas bebidas, con un promedio nacional de 163 litros por persona al año. En algunas entidades, como Yucatán, la ingesta es de 240 litros, y en Chiapas, alcanza los 821 litros, lo que equivale a más de dos litros diarios.
Consumo promedio
Esta ingesta supera ampliamente las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sugiere que solo el 10% de la dieta diaria provenga de azúcares añadidos, y, de forma idónea, este límite debería ser del 5%. Para una dieta de 1,800 calorías, esto representa entre 45 y 90 gramos de azúcar al día. En el sureste mexicano, en Yucatán, el consumo promedio es de 50 gramos diarios, mientras que en Chiapas asciende a 165 gramos.
Este consumo excesivo de azúcar incrementa el riesgo de desarrollar obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y enfermedad renal, entre otros padecimientos crónicos. Desde hace más de dos décadas, la prevalencia y mortalidad por diabetes han aumentado en México. En el año 2000, había 5.3 millones de personas con esta enfermedad, y para 2022, la cifra casi se triplicó a 14.6 millones. Las defunciones pasaron de 40,600 a más de 115 mil en el mismo periodo. Por su parte, las muertes por enfermedades cardiovasculares aumentaron de 122 mil en 2015 a 236 mil en 2022. Ambas enfermedades se encuentran entre las 10 principales causas de muerte en el país.
Aumento de los impuestos
Ante dicha situación, es más que necesario emitar una alerta sanitaria por esta situación a la agencia sanitaria mexicana. Entre las medidas propuestas se encuentran el aumento de los impuestos a las bebidas azucaradas, fortalecer la regulación de la publicidad en internet y redes sociales, además de garantizar que las escuelas estén libres de productos ultraprocesados y bebidas con azúcares añadidos.
En suma, el consumo excesivo de bebidas azucaradas en México está teniendo un impacto devastador en la salud de la población, contribuyendo al aumento de enfermedades crónicas y muertes prematuras. Por tanto, es imperativo que se implementen políticas públicas efectivas y se promueva una mayor conciencia sobre los riesgos asociados a estas bebidas para revertir esta tendencia y, de esta manera, mejorar la salud pública en el país.