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The Missing Door, The Lost Room: la historia que nos muestra el anhelo

Columna Placeres Teatro

Es una obra que vale mucho la pena ver y prestar toda la atención, ya que cada detalle es importante, además de lo bello que es ver cómo una persona puede transmitir tantas emociones con tan solo una expresión o un movimiento.

Lucero Bernechea

Esta obra, dirigida por la compañía belga Peeping Tom, lleva al espectador a lugares perturbadores, mostrándole, de manera abstracta, los anhelos que llegamos a tener y no salen como deseamos. 

The Missing Door fue creada por Gabriela Carrizo, mientras que The Lost Room fue obra de Franck Chartier. En realidad, estas piezas son adaptaciones de las versiones originales que se remontan al año 2009, cuando se trabajó su montaje inicial en colaboración con el Nederlands Dans Theatre.

En esta obra podemos ver a los personajes en un constante estado de “shock”, tratando de escapar o cambiar sus realidades, chocando constantemente con laberintos sin salida y puertas vacías.

Comunicación con movimientos

Con frecuencia, se puede apreciar el arte corporal, ya que todas las emociones son expresadas con base en una coreografía, previamente montada, donde los actores se coordinan, sienten y guían, con los efectos de sonido, y se comunican, no con palabras, pero sí con movimientos.

Ver todo el trabajo es sensacional, tanto en el cuerpo del actor como en su presentación final, la pasión con la que ejecutan cada movimiento y la energía que emana de cada parte de su ser; cada movimiento tiene un motivo y el actor se encarga de expresar eso cada segundo.

La escenografía es algo extraordinario, pues el espectador tiene la oportunidad de ver cada detalle de esta, sin importar en qué lugar se ubique, la manera en que los actores saben equilibrar el espacio provoca no saber a qué lugar mirar; también, la iluminación y los efectos de sonido son una cosa maravillosa, pues ayuda a la construcción del ambiente.

Última fila

La proyección de sus voces es increíble, ya que si bien, no es una obra donde hablen todo el tiempo, sino solo de vez en cuando, mientras algún sonido es ejecutado, y todo es tan claro desde la primera hasta la última fila del teatro.

Diptych: The Missing Door, The Lost Room es una obra que vale mucho la pena ver y prestar toda la atención, ya que cada detalle es importante, además de lo bello que es ver cómo una persona puede transmitir tantas emociones con tan solo una expresión o un movimiento.

En suma, es una obra muy impresionante, tanto por el trabajo de los actores como el de los productores, directores y todo el equipo detrás de la producción. Esta puesta en escena es una muestra de que, en ocasiones, las palabras no son necesarias, y es mejor dejar que nuestras acciones digan con hechos lo que con palabras no es posible. Es una obra para los amantes del arte, del suspenso y de los enigmas.

Referencias:

Diptych: The Missing Door, The Lost Room, se presentó el 16 y 17 de agosto pasados, con solo dos funciones, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36, Centro Histórico).

Lucero Bernechea

Lucero Bernechea es una estudiante de actuación de la Casa Azul Escuela de Artes Escénicas y Audiovisuales. Colabora en Mundo Farma y El Capitalino desde 2024. Su correo es: lucero.bernechea@mundofarma.com.mx

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