Columna Invitada
El potencial del autocuidado para transformar el panorama económico de los sistemas de salud es inmenso. Según la Global Self-Care Federation, fomentar prácticas de autocuidado puede ahorrar a los sistemas de salud hasta 6,000 millones de dólares al año en costos de tratamiento de enfermedades prevenibles.
Víctor Mundo Cuervo, director médico de la División Consumer Health de Bayer
En la búsqueda de una vida más saludable y sostenible, el autocuidado se ha establecido como una práctica esencial y estratégica, reconocida formalmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1983. Celebrado cada 24 de julio en el «Día Internacional del Autocuidado», este concepto nos recuerda la importancia de estar atentos a nuestra salud de manera continua, en cada momento del día.
Sin embargo, a pesar de su creciente reconocimiento, el autocuidado enfrenta una serie de desafíos significativos. Uno de ellos es la falta de acceso a información precisa y confiable sobre estas prácticas, lo cual puede llevar a la automedicación irresponsable y, en algunos casos, a efectos adversos en la salud. Según la OMS, se estima que alrededor del 50% de los medicamentos a nivel mundial se prescriben, dispensan o venden de manera inadecuada, y que el 50% de los pacientes no los toman correctamente.
Asimismo, la educación sobre el autocuidado no es una prioridad en muchas comunidades, especialmente en aquellas con menos recursos, lo que agrava la dependencia de los sistemas de salud ya sobrecargados. La pandemia de COVID-19 intensificó estas disparidades y subrayó la urgencia de empoderar a las personas con el conocimiento y las herramientas necesarias para gestionar su salud de manera autónoma y efectiva.
El autocuidado a gran escala
El potencial del autocuidado para transformar el panorama económico de los sistemas de salud es inmenso. Según la Global Self-Care Federation, fomentar prácticas de autocuidado puede ahorrar a los sistemas de salud hasta 6,000 millones de dólares al año en costos de tratamiento de enfermedades prevenibles.
También tiene la capacidad de mejorar la calidad de vida de las personas, al fomentar hábitos saludables que previenen enfermedades y promueven el bienestar general. Esto incluye desde una alimentación equilibrada y ejercicio regular, hasta la gestión del estrés y el uso adecuado de medicamentos de venta libre.
Aprovechar todos los recursos para la autogestión de la salud
La integración de la tecnología en la medicina ha transformado significativamente la manera en que gestionamos nuestra salud. Las aplicaciones móviles, plataformas en línea y dispositivos portátiles ofrecen a los consumidores herramientas poderosas para monitorear y mejorar su bienestar. Las aplicaciones de salud permiten a los usuarios realizar un seguimiento de sus síntomas, gestionar la toma de medicamentos y recibir recordatorios personalizados, lo que facilita así una gestión más eficiente y proactiva de su salud.
De igual forma, los medicamentos de venta libre (OTC, por sus siglas en inglés) juegan un papel fundamental en esta estrategia, ya que ofrecen a los consumidores una herramienta accesible y efectiva para manejar una variedad de problemas de salud menores y prevenir complicaciones. Cuando se utilizan adecuadamente, estos medicamentos pueden evitar la progresión de síntomas menores a problemas de salud más graves, lo que reduce la necesidad de consultas médicas y tratamientos más costosos. Además, la regulación estricta y los controles de calidad garantizan que estos productos sean seguros para el uso público, siempre y cuando se sigan las indicaciones del envase y las recomendaciones de los profesionales de la salud.
No podemos hablar de autocuidado sin mencionar la salud mental, un componente crucial que afecta todos los aspectos de nuestras vidas. Esta no solo influye en cómo pensamos y sentimos, sino también en cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones. Integrar estas prácticas en nuestra rutina diaria, como la meditación, el ejercicio físico y el establecimiento de límites saludables, es esencial para mantener un equilibrio emocional y psicológico.
Fomentar el autocuidado responsable
Empoderar a la población en el autocuidado responsable es clave para mejorar la salud general y fortalecer el bienestar económico y social. Para lograr esto, es fundamental implementar estrategias efectivas que proporcionen a las personas las herramientas y conocimientos necesarios para tomar decisiones informadas sobre su salud. Aquí te presento algunas recomendaciones clave:
- Desarrollar y promover programas educativos que enseñen a la población sobre prácticas de autocuidado, el uso adecuado de medicamentos y la importancia de la prevención.
- Aprovechar aplicaciones móviles y plataformas digitales para ofrecer información confiable, herramientas de seguimiento de salud y recordatorios de medicación, y así facilitar una gestión personal más efectiva.
- Asegurar que los recursos educativos y de salud, como guías y asesoramiento profesional, estén fácilmente disponibles para que los individuos puedan acceder a información precisa y útil.
- Incentivar la adopción de hábitos como una dieta equilibrada, ejercicio regular y técnicas de manejo del estrés, que son fundamentales para el autocuidado y la prevención de enfermedades.
- Promover el uso de dispositivos de monitoreo de salud, como termómetros y medidores de presión arterial, para que las personas puedan realizar un seguimiento continuo de su bienestar.
- Crear redes de apoyo comunitario, donde los individuos puedan compartir experiencias, recibir consejos y motivación, y así fomentar un entorno de autocuidado colaborativo.
El apoyo necesario
El autocuidado no es solo una responsabilidad individual, sino un compromiso colectivo que puede transformar el bienestar de nuestras comunidades. Es crucial que gobiernos, instituciones educativas, profesionales de la salud y la industria farmacéutica colaboren para promover y facilitar el autocuidado a través de la educación, el acceso a recursos y el uso de la tecnología.
En este «Día Internacional del Autocuidado», hagamos un esfuerzo conjunto para fomentar una cultura de salud proactiva y sostenible, donde cada individuo tenga las herramientas y el apoyo necesario para vivir una vida más saludable y plena.