México ante la gran oportunidad de la investigación clínica
Breves Investigación Clínica
La modernización de Cofepris y el impulso del Plan México 2030 podrían convertir al país en un líder regional en innovación farmacéutica. Sin embargo, persisten desafíos clave como la burocracia y la falta de inversión en salud.
Misael Castillo
El inicio de 2025 trae consigo una de las estrategias más ambiciosas para el crecimiento económico y científico del país: el Plan México 2030. Esta iniciativa busca posicionar a México entre las 10 economías más importantes del mundo mediante el fortalecimiento del mercado interno y la atracción de inversión extranjera. Uno de los ejes clave para lograrlo es el desarrollo de la investigación clínica, un sector con un enorme potencial pero también con serios desafíos regulatorios y presupuestarios que frenan su crecimiento.
El gobierno ha planteado atraer 2,000 millones de dólares anuales en inversión para investigación clínica, una cifra que transformaría la posición de México en el sector. Actualmente, América Latina apenas capta el 6% de la inversión global, con Brasil y Argentina como líderes regionales. México tiene todos los elementos para competir en este mercado, pero enfrenta un obstáculo crucial: la lentitud en sus procesos regulatorios.
Burocracia desincentiva la llegada de capital
En la actualidad, México solo recibe 200 millones de dólares anuales en inversión en investigación clínica, mientras que Argentina capta 500 millones. Y es que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) tarda cerca de un año en aprobar protocolos de investigación clínica, mientras que Argentina lo hace en 45 días. Esta burocracia desincentiva la llegada de capital y limita las oportunidades de innovación médica en el país.
Para cambiar esta realidad, el Plan México contempla una modernización de Cofepris basada en la digitalización de trámites y la reducción de tiempos de respuesta a 40 días. De lograrse, esta medida colocaría a México como un destino atractivo para la inversión farmacéutica, permitiéndole competir con los líderes de la región.
Sistemas de salud sólidos y eficientes
Si bien la modernización regulatoria es un paso fundamental, existe otra preocupación que podría frenar el crecimiento de la investigación clínica en México: la falta de recursos para el sector salud.
El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2025 muestra una reducción del 11% en el gasto en salud, representando solo el 2.5% del PIB, el nivel más bajo desde 2019. Esto dista mucho de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece un mínimo del 6% del PIB para garantizar sistemas de salud sólidos y eficientes.
Beneficios reales
Además, el presupuesto de Cofepris sufrió un recorte del 15.2%, lo que pone en duda su capacidad para implementar las reformas necesarias. Sin una asignación de recursos adecuada, la digitalización y agilización de trámites podrían quedar solo en papel, sin traducirse en beneficios reales para la industria y la población.
La clave para convertir a México en un referente en investigación clínica e innovación farmacéutica radica en dos elementos fundamentales: modernización regulatoria y una inversión robusta en salud.
Tratamientos innovadores
Si el país logra atraer los 2,000 millones de dólares anuales proyectados, no solo fortalecerá la economía, sino que también impulsará el desarrollo de tratamientos innovadores y el acceso a nuevas tecnologías médicas para la población. Además, alcanzar este objetivo permitiría que Cofepris sea reconocida como una Autoridad Reguladora Nacional de Confianza por la OMS en 2026, abriendo aún más las puertas a la inversión y al desarrollo científico.
Desde el sector farmacéutico, diversas empresas y organizaciones, como la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), han manifestado su disposición para colaborar con el gobierno en la consolidación de un marco regulatorio eficiente y competitivo.
Líder en innovación médica
México tiene ante sí una oportunidad única para transformar su sector salud y convertirse en un líder en innovación médica. Sin embargo, para lograrlo, será imprescindible romper con la burocracia, aumentar el financiamiento y garantizar un entorno regulatorio sólido y eficiente.
El futuro de la investigación clínica en México está en juego, y las decisiones que se tomen en los próximos meses marcarán la diferencia entre el estancamiento y el despegue hacia una nueva era de innovación y desarrollo científico.