En este «Día Mundial contra la Obesidad», es importante recordar que la lucha contra esta enfermedad no es solo una responsabilidad individual, sino un compromiso colectivo para construir un México más saludable y prospero para las generaciones futuras.
Fausto Hernández Montiel
Este 04 de marzo, «Día Mundial contra la Obesidad», en medio de una pandemia global que ha puesto a prueba la salud pública como nunca antes, México se encuentra también en una batalla interna contra una de las mayores amenazas para la salud de su población: la obesidad.
En un país conocido por su rica cultura culinaria y sus tradiciones gastronómicas, la obesidad se ha arraigado en la sociedad mexicana, convirtiéndose en una epidemia silenciosa que cobra vidas y desafía al sistema de salud.
Sin embargo, este tema de la obesidad se ha exponenciado en los último 40 años, tanto por evidentes cambios, tanto en el estilo de vida como en la alimentación, con una sociedad que ha favorecido los alimentos altos en sal, grasas y azúcares, en detrimento del consumo de verduras, además de la falta de ejercicio.
Quinto lugar a nivel mundial
Datos recientes revelan una imagen alarmante: México ostenta el quinto lugar a nivel mundial en prevalencia de obesidad, con cerca de 36 millones de personas afectadas, según el Atlas Mundial de la Obesidad. Este número, por sí solo, refleja la magnitud del problema al que nos enfrentamos como sociedad.
Pero la obesidad es más que un problema estético o de peso corporal. Es un factor de riesgo significativo para una serie de enfermedades crónicas que amenazan la vida, como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
La relación entre la obesidad y estas enfermedades es innegable. Por ejemplo, la diabetes tipo 2, una de las enfermedades más prevalentes en México, está estrechamente vinculada a la obesidad y al estilo de vida sedentario. Según datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), México tiene la segunda tasa más alta de diabetes en adultos a nivel mundial, solo después de Estados Unidos, y la obesidad es un factor determinante en esta alarmante estadística.
Medidas concretas
La hipertensión arterial, otra de las enfermedades crónicas más comunes en México, también está fuertemente asociada con la obesidad. El exceso de peso corporal ejerce una presión adicional sobre el sistema cardiovascular, aumentando el riesgo de desarrollar hipertensión y, en consecuencia, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
La conmemoración del «Día Mundial contra la Obesidad» no solo nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la magnitud del problema, sino también de tomar medidas concretas para abordarlo. Es imperativo que como sociedad, trabajemos juntos para promover hábitos de vida saludables, fomentar una alimentación balanceada y aumentar la actividad física.
Compromiso colectivo
Las autoridades de salud, junto con los profesionales médicos y la sociedad en su conjunto, deben unir esfuerzos para implementar políticas públicas efectivas que aborden las causas subyacentes de la obesidad y promuevan entornos saludables en nuestras comunidades.
En este «Día Mundial contra la Obesidad», es importante recordar que la lucha contra esta enfermedad no es solo una responsabilidad individual, sino un compromiso colectivo para construir un México más saludable y prospero para las generaciones futuras.