Estilo de vida, clave en la prevención y tratamiento del cáncer
Enfoque innovador sobre la relación entre el estilo de vida y la prevención del cáncer

Columna Bienestar Integral
El Dr. Robert Thomas, oncólogo consultor, expuso en su ponencia la importancia de la alimentación, el ejercicio y la salud intestinal en la prevención y tratamiento del cáncer. Estudios recientes demuestran que más del 50% de los casos de cáncer podrían prevenirse con cambios en el estilo de vida. Además, investigaciones recientes indican que mejorar la salud intestinal puede hacer más efectivos los tratamientos contra el cáncer.

Magdalena Macías
El Dr. Robert Thomas, oncólogo consultor de la Universidad de Cambridge y especialista en cáncer de mama y próstata, presentó en su ponencia en el Centro Médico Siglo XXI un enfoque innovador sobre la relación entre el estilo de vida y la prevención del cáncer. Según estudios recientes, más del 50% de los casos de cáncer están relacionados con factores modificables como la alimentación, el ejercicio, el sueño y la exposición a toxinas ambientales.
El especialista enfatizó que no se trata de culpar a los pacientes por desarrollar cáncer, sino de proporcionarles herramientas para mejorar su pronóstico y calidad de vida. «Podemos intervenir y mejorar nuestra salud si adoptamos hábitos saludables», señaló el experto.
La salud intestinal: un factor determinante
Uno de los temas centrales de la ponencia fue la relación entre la salud intestinal y el cáncer. Según el Dr. Thomas, el microbioma intestinal desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmunológico y en la respuesta a tratamientos como la quimioterapia e inmunoterapia.
El oncólogo explicó que los estudios han demostrado que las personas con una microbiota equilibrada tienen una mejor respuesta a los tratamientos oncológicos. Además, una salud intestinal deficiente puede aumentar la inflamación en el cuerpo, lo que favorece la progresión del cáncer y disminuye la eficacia de ciertos medicamentos.
Factores clave para fortalecer la salud intestinal
El Dr. Thomas recomendó incorporar a la dieta alimentos ricos en prebióticos y probióticos, como kéfir, kimchi y chucrut, que ayudan a mantener un equilibrio adecuado de bacterias intestinales. También destacó la importancia de reducir el consumo de azúcar, alimentos ultraprocesados y plásticos contaminantes, que pueden alterar la microbiota y favorecer la inflamación crónica.
«No se trata solo de tomar un suplemento probiótico, sino de mejorar la calidad de nuestra alimentación de manera integral», explicó el especialista.
Estudios clínicos sobre la relación entre el microbioma y el cáncer
Durante su presentación, el Dr. Thomas compartió los hallazgos de un estudio realizado en el Reino Unido en el que se evaluó el impacto de la salud intestinal en pacientes con cáncer de próstata. En este ensayo, 220 pacientes fueron tratados durante seis meses con un suplemento rico en fitoquímicos y un probiótico específico.
Los resultados fueron contundentes: los pacientes que mejoraron su salud intestinal mostraron una reducción significativa en la progresión del cáncer, así como mejoras en su calidad de vida. Además, se observó una disminución en los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos y un refuerzo en la función inmunológica.
El rol de la vitamina D en la prevención del cáncer
Otro punto clave abordado en la ponencia fue la relación entre la vitamina D y el cáncer. Según el Dr. Thomas, niveles bajos de esta vitamina están asociados con un mayor riesgo de desarrollar cáncer, en particular de próstata y mama.
«La vitamina D no solo ayuda a la absorción del calcio, sino que también actúa como un prebiótico que favorece la proliferación de bacterias beneficiosas en el intestino», afirmó el especialista. En regiones con poca exposición solar, como el Reino Unido, se recomienda la suplementación de vitamina D para garantizar niveles óptimos en el organismo.
Estudios sobre el impacto del estilo de vida en pacientes oncológicos
El oncólogo también destacó la necesidad de incluir estrategias de estilo de vida en los tratamientos convencionales contra el cáncer. En un estudio realizado en Londres, se demostró que pacientes con una dieta rica en fitoquímicos, combinada con probióticos y ejercicio regular, presentaron una mejor respuesta a las terapias oncológicas.
Asimismo, en un experimento con ratones, se observó que aquellos con un microbioma equilibrado respondían mejor a los tratamientos contra el cáncer en comparación con los que tenían una microbiota deteriorada. «Este hallazgo nos lleva a considerar la posibilidad de intervenciones personalizadas en pacientes humanos», señaló el Dr. Thomas.
Superando los mitos sobre la alimentación y el cáncer
El Dr. Thomas abordó varios mitos sobre la alimentación y su impacto en el cáncer. Por ejemplo, mencionó que la soya ha sido erróneamente asociada con un mayor riesgo de cáncer de mama debido a su contenido de fitoestrógenos. Sin embargo, los estudios han demostrado que el consumo moderado de productos de soya puede, de hecho, reducir el riesgo de recurrencia del cáncer de mama.
«Es fundamental basarnos en la evidencia científica y no en creencias infundadas», enfatizó el especialista.
Un llamado a la acción
Para finalizar, el Dr. Thomas hizo un llamado a los profesionales de la salud y a la sociedad en general para que integren estrategias de prevención y cambios en el estilo de vida en el tratamiento del cáncer. «No podemos depender únicamente de los medicamentos; la nutrición, el ejercicio y la salud intestinal son pilares fundamentales en la lucha contra esta enfermedad», concluyó.
La ponencia del Dr. Thomas deja en claro que la prevención y el manejo del cáncer van más allá de los tratamientos convencionales. Adoptar un estilo de vida saludable puede marcar una diferencia significativa en la incidencia y progresión de esta enfermedad, ofreciendo a los pacientes una mejor calidad de vida y mayores posibilidades de recuperación.