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“Somos parte de la solución, no el problema”: Anafam

Doctor Dagoberto Cortés Cervantes, presidente de la Anafam.

Entre-Vistas

Jorge Arturo Castillo / Rosalba Hernández

“Ante una situación crítica, hemos optado por el camino de la conciliación, buscamos la construcción de puentes de comunicación con el actual gobierno para demostrarle que los fabricantes mexicanos de medicamentos estamos en condiciones de atender los requerimientos de mercado y revertir de esa manera la pretensión gubernamental de buscar medicamentos del extranjero», resalta en entrevista con Mundo Farma Dagoberto Cortés, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam).

Y sigue: «Este es el primer pilar de la agenda de la asociación y tiene la intención de volver a proveer, como era hasta hace uno o dos años, aproximadamente el 52% de todos los medicamentos que se consumen en el sector salud”.

La Anafam, describe, está conformada por 26 empresas que tienen una planta de producción de medicamentos ya sea genéricos o de patente; para la asociación el trabajo de investigación y desarrollo (IyD) que se ha hecho con los propios recursos de la industria necesita contar con el gobierno como socio comercial:

Que el gobierno nos ponga a prueba

“En la asociación creemos que la administración actual ha demostrado un gran interés en la salud y quiere aportar los argumentos y los recursos para contribuir con él, en ejercicio de transformación del país que se ha propuesto. Lo único que necesitamos es que el gobierno nos crea y nos ponga a prueba, eso es lo que buscamos”.

La directriz de ese pilar de la agenda es la comunicación con el Poder Ejecutivo busca establecer esfuerzos para hacerle ver que la industria farmacéutica es un aliado de su gobierno y que hoy como siempre no tiene ningún otro objetivo más que coadyuvar con el esfuerzo de esta administración para el importante asunto que es la salud de la población mexicana.

Las empresas mexicanas que forman parte de la Anafam han efectuado diversos esfuerzos para mantener vigentes sus certificados de buenas prácticas de manufactura, sus licencias de fabricación además de otros requerimientos, y aunque reconocen que las exigencias de las normas oficiales nacionales e internacionales relacionadas son mayores cada vez, están dispuestas a invertir lo necesario para pasar las auditorías bajo los nuevos términos de calidad.

Inversión e infraestructura para sostenerse en el mercado

El doctor Cortés Cervantes reconoce que la normatividad nacional e internacional es cada vez más exigente para las empresas farmacéuticas y que aunque algunas no se han visto tan afectadas por las medidas gubernamentales de detener las compras de algunos medicamentos en México, existen otras para las que el 80% de sus ventas eran para el mercado de gobierno y que hace 18 meses no le venden una sola pieza. Pero independientemente de a dónde dirijan sus ventas, todas las empresas tienen que invertir para renovar sus certificados de buenas prácticas, pues sin ellos simplemente no pueden vender. Entonces aunque invertir en maquinaria, procesos, instalaciones o flujos de mercancía implica un gran esfuerzo, las empresas que quieren seguir estando a la vanguardia en términos de tecnología están dispuestas a hacerlo.

La Anafam reconoce a sus afiliados como empresas que cuentan con una infraestructura sólida y con un profundo conocimiento para abastecer el mercado de medicamentos de las instancias de gobierno, lo que se ha demostrado históricamente y en las pequeñas licitaciones que ha habido con carácter de internacional, donde compiten de tú a tú con empresas de otras latitudes presentando mejores precios y mayor calidad. “Confiamos que con esas fortalezas será posible hacerle ver al gobierno que México hoy en día es de los pocos países que se podrían dar el lujo de decir que tienen soberanía en términos farmacéuticos”, añade el directivo.

Para Cortés Cervantes la situación es clara, mientras muchos países no tienen una industria farmacéutica establecida, México es uno de los pocos países que tiene soberanía en ese rubro, pues con la pura industria mexicana se pueden abastecer el 100% de las necesidades de medicamentos que requiere la población.

El entrevistado enfatiza: “No queremos que nadie se confunda: no buscamos la confrontación, ése no es nuestro negocio. El mensaje de la Anafam es claro: “Señor presidente, la industria farmacéutica nacional es un aliado para coadyuvar a la transformación de este país; ahí estamos. Denos la oportunidad de demostrarle que la industria es la solución a este problema”.

El gobierno no necesita ir a buscar los medicamentos para el país

Si la industria farmacéutica mexicana puede garantizar la soberanía de medicamentos para el país resulta transparente la certeza de que el gobierno no necesita ir a buscar esos fármacos al extranjero. “El gobierno está en su derecho y ha generado las condiciones para que esto sea legal. Pese a ello, el papel de la Anafam no es pelear, sino convencer a las instancias gubernamentales de que no necesitan ir fuera del país a buscar lo que tiene dentro, por eso pretende una oportunidad para mostrar que la industria farmacéutica nacional tiene todo lo que necesita para un abasto del 100% de las necesidades de medicamentos para toda la población mexicana”.

También, Cortés Cervantes insiste en un punto importante: “El gobierno no va a encontrar mejores precios en el extranjero, cosa que en términos concretos ha sucedido, pues el gobierno mexicano no ha presentado un solo documento que pruebe haber obtenido fuera del país mejores condiciones, tanto en los costos como en la calidad que se requiere; en cambio, la industria mexicana sí puede demostrar que compitiendo en igualdad de condiciones, con cualquier empresa, tiene muchas ventajas y ofrece muchos beneficios. La asociación no busca confrontación ni privilegios, lo único que deseamos es demostrar al Ejecutivo que la industria farmacéutica mexicana es parte de la solución, no el problema, además podemos, sin lugar a duda, adecuarnos a cualquier condición”.

Si los puentes de comunicación que la Anafam desea establecer funcionan, dice el entrevistado, se podrán regularizar las condiciones de venta de productos farmacéuticos hechos en México y entonces las empresas afiliadas podrán invertir en tecnología y reestablecer el círculo virtuoso con el que ellas mantendrán su plantilla laboral, contratarán talento mexicano de muy buen nivel, que son especialistas en las áreas farmacéutica, de investigación y de desarrollo tecnológico con prestaciones y sueldos muy dignos.

Impulsar el desarrollo de la industria farmacéutica en el país

Fortalecer a la industria fármaco-química para alcanzar la independencia en la obtención de materias primas es el segundo pilar de la Anafam en su agenda de interacción con el gobierno federal.

Hoy en México nueve de cada 10 principios activos que se utilizan para fabricar medicamentos son elaborados en el extranjero. Ese contundente dato sostiene el segundo punto de la agenda de la asociación en su diálogo con el gobierno federal: el fortalecimiento de la industria fármaco-química.

La industria farmacéutica depende del mercado extranjero para abastecerse de los principios activos que requiere para producir; en la coyuntura por la pandemia algunos de los países productores de materias primas detuvieron su exportación para dar prioridad a sus mercados locales y esta situación dejó muy en clara la necesidad de la industria nacional para buscar la forma de impulsar el desarrollo de la industria farmacéutica en el país.

Cortés Cervantes resalta que para conseguir lo anterior resulta urgente el desarrollo de políticas públicas que fomenten la inversión, porque solo de esa forma se generará una industria farmo-química que no sólo para resolver los problemas de abasto local, sino para ser competitiva internacionalmente y el mercado internacional vea a México como una fuente de materias primas para fabricación de medicamentos.

Es precisa la intervención del gobierno federal

Conseguir que el mercado internacional opte por comprar en México en lugar de China, Pakistán, India u otros productores de materias primas requiere de mucho trabajo y la industria farmacéutica no podría sola con tal responsabilidad; es precisa la intervención del gobierno federal mediante la instauración de políticas públicas que incentiven la inversión, “porque lo que se necesita es la construcción y activación de parques industriales con plantas de producción para los diferentes tipos de principios activos de materias primas que se requieren, y para eso, se necesitan incentivos fiscales, laborales y todo tipo de elementos que favorezcan la inversión. Si se revisan las experiencias en Corea del Sur, Japón, India o Brasil, que hoy son potencias farmacéuticas, se descubrirá como constante que tienen un trabajo conjunto entre la industria y sus gobiernos”.

La Anafam, confirma su presidente, tiene clara la necesidad de activar esa industria nacional de las materias primas que vale más de 50 mil millones de dólares y que en los años 80 era lo suficientemente sólida como para fabricar el 68% de los insumos que se requerían para producir medicamentos en este país y que, debido a las aperturas indiscriminadas de fronteras y eliminación de aranceles, se debilitó al grado que hoy por hoy México tiene una absoluta dependencia de ello.

Para Cortés Cervantes las complicaciones que el país tuvo para obtener materias primas en la pandemia no hubieran existido si México tuviera soberanía en cuanto a fabricación de esos insumos para fabricar medicamentos. “Si se estableciera una cadena de valor que le permitiera ser totalmente independiente, nuestro país sería una gran potencia pues su industria farmacéutica tiene todo: experiencia, talento y personas que saben hacer las cosas, lo único que hace falta es un socio estratégico que tiene que ser el gobierno, sin él asociado a la industria, no hay manera de que esto pueda ser”.

México tiene las condiciones para generar IyD

Impulsar la investigación y el desarrollo (IyD), es el otro pendiente para la industria farmacéutica y el gobierno federal como su socio estratégico, a decir del entrevistado.

El mercado de la biotecnología ha favorecido mucho la IyD, pues los fabricantes de biotecnológicos biocomparables realizan estudios para probar su seguridad y eficacia y éstos estudios son tan especializados que se ha generado un mercado muy interesante, que ha obligado a las empresas farmacéuticas a trabajar muy de cerca con la academia y los centros de investigación, a partir de esto se ha desarrollado una infraestructura alrededor de la investigación que favorece a investigadores, instituciones, empresas encargadas de monitoreo de los estudios clínicos y a los propios pacientes o a los voluntarios sanos, en el caso de pruebas de vigilancia.

Para Cortés Cervantes México tiene las condiciones ideales para generar investigación a partir del desarrollo de estudios clínicos, pues además del conocimiento de la industria y la academia tiene al IMSS que con sus 75 millones de derechohabientes podría ser el elemento fundamental para la implementación de ese tipo de estudios a gran escala, los que darían a gran cantidad de pacientes la oportunidad de tener acceso a opciones médicas que de otra manera nunca podría. “Con esfuerzos de este tipo todo mundo se beneficiaría: el paciente, la institución, la industria, el gobierno y su sistema de salud”.

Con el fin de redondear la idea anterior, el presidente de la Anafam afirma: “Queremos también impulsar esta parte donde el gobierno ponga un interés especial en generar investigación, porque está perfectamente demostrado que los países que invierten en esa actividad logran autosuficiencia y la autosuficiencia es sinónimo de soberanía”.

Un México más sano, la aspiración de la Anafam.

Para cerrar su entrevista, Cortés Cervantes afirma que está seguro de lo beneficioso que es el binomio industria farmacéutica y gobierno, bien entendido, en el que cada una de las partes reconoce su labor y su hegemonía, pero donde también ambos asumen que juntos pueden ser un elemento fundamental y que siempre tiene al paciente como centro de debate, lo cual beneficiará a todos.

“La aspiración de la Anafam no es la de hacer relaciones con el gobierno para enriquecer a la industria, sino que busca que sus empresas asociadas puedan servir al gobierno y a la población; que se genere riqueza que se pueda invertir eficientemente para que esa inversión retorne sosteniendo como eje central el beneficio de las personas. Si logra eso, tendrá un México mejor, un México más sano”, concluye el directivo.

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