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Seguridad física y digital, el camino hacia entornos de salud más protegidos

Columna Invitada

La integración de tecnología avanzada en el sector salud de América Latina requiere recursos financieros y un compromiso sólido con la capacitación continua del personal. La sofisticación de amenazas como los ataques de phishing, responsables de más del 90% de las brechas de datos, subraya la importancia de educar a los empleados para aprovechar al máximo las herramientas disponibles.


Sandra Garzón, End User Business Manager de HID para América

En América Latina, la rápida digitalización en el sector salud ha traído consigo la necesidad de asegurar la información electrónica de los pacientes, así como las instalaciones y el personal que interactúa constantemente con ellos. Las violaciones de datos en este entorno han puesto de manifiesto la necesidad de que los centros médicos adopten un enfoque integral que combine la ciberseguridad con la seguridad física.

En 2023, por ejemplo, el sector salud fue el más susceptible a los ciberdelincuentes, con una media de 1,684 ataques semanales, superando incluso a las industrias de finanzas, seguros y comunicaciones, según un estudio del Foro Económico Mundial.

La razón de esta alarmante cifra radica en la vulnerabilidad del sector, ya que muchos de estos datos se gestionan a través de sistemas obsoletos. A esto se suma el hecho de que las amenazas cibernéticas son cada vez más sofisticadas. Esta información, que incluye historiales médicos, resultados de pruebas y datos personales, es altamente valiosa en el mercado negro digital.

Desafíos actuales

En este contexto, la integración de tecnologías avanzadas como la biometría y la inteligencia artificial, junto con la capacitación continua para el personal, se ha convertido en una estrategia eficiente para prevenir riesgos y garantizar la protección de los datos y la infraestructura crítica. A continuación, exploraremos cómo estas soluciones tecnológicas enfrentan los desafíos actuales de los centros de salud.

De acuerdo con la encuesta Asegurando el futuro de la atención médica de HID, el 74 % de las instalaciones de salud todavía utilizan sistemas físicos de control de acceso, y una de cada cuatro emplea formularios de papel y credenciales para gestionar el ingreso de visitantes.

Sin embargo, ya se observan señales de innovación en América Latina, especialmente en los sistemas de control de acceso y autenticación de empleados. Estas innovaciones no solo mejoran la seguridad de los hospitales, sino que también aumentan la eficiencia operativa.

Evitar situaciones de riesgo

Soluciones como las identidades móviles, la biometría y la autenticación multifactor son protagonistas. A estas se suman los sistemas de alerta automatizados, que emiten notificaciones en tiempo real ante posibles amenazas. Estas herramientas permiten al personal reaccionar de manera ágil y eficiente, evitando que situaciones de riesgo escalen a incidentes mayores.

Además, el avance en automatización permite implementar medidas de seguridad discretas, como dispositivos con detección de coacción. Estos dispositivos facilitan que los trabajadores alerten sobre situaciones de peligro presionando un botón en su identificación. A diferencia de los botones de pánico tradicionales, estos distintivos son más sutiles y pueden generar una respuesta proactiva del equipo de seguridad.

Tanto los ejecutivos del sector salud como los especialistas en TI reconocen la necesidad de fortalecer la seguridad de los datos mediante planes para mejorar las medidas de ciberseguridad existentes. Este enfoque incluye estrategias que integren la protección de activos digitales con la seguridad física, un elemento esencial para responder a los desafíos actuales en el sector salud.

Actuar ahora para proteger el futuro

La integración de tecnología avanzada en el sector salud de América Latina requiere recursos financieros y un compromiso sólido con la capacitación continua del personal. La sofisticación de amenazas como los ataques de phishing, responsables de más del 90% de las brechas de datos, subraya la importancia de educar a los empleados para aprovechar al máximo las herramientas disponibles.

Aunque las limitaciones presupuestarias pueden ser una barrera, el costo de la inacción es mucho mayor: las consecuencias de un incidente de seguridad pueden superar los 10 millones de dólares y dejar efectos duraderos en pacientes, personal e instituciones.

Dentro de este panorama, la inteligencia artificial emerge como una solución innovadora, con proyecciones de un aumento significativo en su adopción durante los próximos cinco años. Gracias a su capacidad para detectar y responder a amenazas rápidamente, esta tecnología promueve estrategias más completas y automatizadas, mejorando los tiempos de respuesta y reduciendo el riesgo de escalamiento de incidentes.

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