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Las tradiciones familiares y nuestros valores son sello de ADN

Columna FH en Red

Los valores familiares son preseas que custodiamos, enriquecemos y nos distinguen durante nuestra existencia, estando a prueba día con día y en esta crisis pandémica

Carlos Vargas Hernández

Las tradiciones son como el sello de ADN, que nos permiten recordar y refrendar nuestra identidad familiar, principalmente en estas fechas de fiestas navideñas de cierre de un período y llegada del Año Nuevo.

En el tema cultural familiar y organizacional, los valores son los cimientos que permitirán sortear las crisis, así como dejar importantes aprendizajes en todos los niveles de una sociedad  llámese casa, compañía o una colectividad nacional o internacional.

Este fatal año 2020 nos ha hecho mostrar de qué valores estamos formados personal, organizacional y familiarmente; hemos visto desde el pequeño niño, de no más de tres años, que ya exige al salir a la calle su cubrebocas, hasta el político, el gobernante, así como el empresario y alto directivo de un gran corporativo que se burla y desecha el uso de dicho elemento y convoca a seguir con sus negocios abiertos al público, retando públicamente a la autoridad municipal, estatal y federal que ha determinado el cierre de todos los negocios no indispensables.

2020 un año atípico

Sobra decir que 2020 ha sido un año atípico, acompañado de trastornos y controvertidos acontecimientos, que van desde la insospechada y funesta pandemia pasando por la incertidumbre que genera, así como por muchas emociones que parten desde la alegría, pasando intempestivamente al miedo por la apenada noticia de uno o varios contagios por Covid-19, hasta la referida y funesta de una o varias muertes inesperadas, de seres desconocidos o allegados y algunos muy queridos, incluso noticias de nueva vida, de nacimientos en el contexto familiar, hasta la necesaria adecuación de nuestras vidas a la llamada “nueva normalidad” en un hábitat confiando, en muchos casos reducido, y a duras penas, digitalizado para poder seguir conectado al mundo.

Nuestras emociones y el conflicto con emocional de fin de año

En cualquier crisis, – y más en esta marea despiadada -, es importante saber de buena tinta cómo brotan nuestros pensamientos, y en consecuencia, las emociones, reflejadas en sentimientos encontrados, negativos y positivos; todos estarán profundamente conexos con los diversos roles, responsabilidades y momentos, como los son los de estas fiestas navideñas, así como la despedida de un turbulento 2020 y la bienvenida del esperanzador 2021, son ambos años que la vida nos ha puesto delante.

No enfrentamos a un ajedrez de emociones, forjado por esta crisis pandémica que desató crisis además de la de salud la económica, política, social, académica, y sin duda, desencadenó dificultades personales y familiares, las que sin duda alguna han modificado y transformarán muchos paradigmas en todos los ámbitos, en los cuales se deberá engrandecer la concepción de ser humano como el centro de nuestras decisiones y acciones.

Ahondar en el tema de las emociones, no es el propósito de esta colaboración, sin embargo, sí lo es el apuntar la importancia de que estudiemos y profundicemos a través de diversas instituciones calificadas y sus medios de difusión, cómo las emociones han determinado y determinarán el pasado, presente y futuro de la humanidad; y esta crisis las ha despertado rudamente, y si queremos ser mejores como seres humanos y como sociedad, debemos empezar por entendernos y entender a los demás.

Nuestro cerebro es capaz de procesar diferentes emociones en función de los estímulos que recibe. Aquí te aportamos un texto autorizado acerca de 27 tipos de emociones: ¿cuáles son y en qué consisten?

Las tradiciones

En el tema cultural las tradiciones representan acontecimientos importantísimos, de alguna manera, dan continuidad a diversos contextos comunitarios; en lo familiar van desde festejos por un alumbramiento, rituales religiosos por diversos acontecimientos, hasta los festejos tradicionales por múltiples razones de una colectividad, un país, organización, o como ya comentamos, de tipo familiar que es el tema principal de esta colaboración.

El contexto pandémico referido al año por terminar altera tradiciones importantes, algunas como las que se despliegan en cada mes de diciembre, por lo consiguiente ahora todo será diferente… Sin embargo, uno de los retos más importantes en la vida de las personas y las familias en su conjunto, es el entendimiento, desarrollo y fortalecimiento de la resistencia, resiliencia y anhelada sobrevivencia, por lo cual a toda costa no podemos quedarnos atónitos, menos frenarnos en donde estamos, sino debemos enfocarnos hacia a adónde queremos estar, aunque sea de una forma diferente.

Nuestras principales tradiciones en estas fechas de fin de año

Las costumbres en México suelen ser una mezcla de tradiciones europeas, indias, más las creencias indígenas que han logrado sobrevivir en el tiempo. Somos una cultura que adopta el sincretismo, una amalgama de diferentes expresiones culturales y religiosas para conformar una sola que captura a todas. Colocar un árbol de navidad es una práctica que nace en Europa. En los años 50, (siglo XX) con la utilización de la publicidad en el cine, la costumbre se promulgó fuertemente hasta ser adoptada por la totalidad de la población.

Ha sido, y esperamos siga siendo en el futuro, la puesta en familia del árbol de navidad, ello implica ir juntos a seleccionar ese árbol que estimamos nos estaba esperando para llevarlo a casa, para llegar y seleccionar el lugar apropiado con la preciosa intención de que luzca en todo su esplendor decorado con ornamentos y motivos navideños e iluminado de tronco a punta, con el fin de que la casa resplandezca, así recibir las fiestas y con ellas principalmente a la familia, abuelos, padres, hijos, nietos, tíos, primos, y por supuesto, a los mejores amigos de la familia, dado que todos ellos saben que cada navidad quién invita despliega toda su imaginación y entusiasmo para que, válgase la expresión, se vista de gala navideña toda la casa, lo que se constituye como una hermosa tradición.

Toda una tradición

La noche previa a la Navidad se prepara con anticipación la Cena para la llamada “Noche Buena”, y es toda una tradición la sugerencia en familia de los platillos a preparar y servir; los más solicitados son el pavo al horno acompañado de puré de manzana, el bacalao, además de otros platillos y bebidas tradicionales.

Abrir los regalos es toda una ceremonia, éste por tradición es pedido principalmente por los niños y niñas con una carta que se envía previamente y de manera simbólica se sujeta a un globo el cual se suelta al aire para que llegue, según las creencias, a las manos de Santa Claus.

Otra tradición similar es cuando llega el último día del año, 31 de diciembre

Ese día 31 de diciembre de cada año, se lleva a cabo una reunión acompañada de una cena especial, con platos que contienen 12 uvas para cada persona,  y que al sonar las 12 de la noche se consumen una a una, éstas representan los meses del año por venir y al consumirlas se piensa en los propósitos u objetivos deseados; Al finalizar las 12 campanadas y terminar de consumir las 12 uvas comienzan los abrazos y besos por el año que se va y por el año que llega, cada uno expresa con diversas reacciones sus sentimientos o emociones.

El reto será como sustituir en este diciembre de 2020 estas tradiciones

Una tristeza enorme invade nuestro corazón, ya que este 2020, por responsabilidad personal, familiar, ciudadana, y por primera vez, en nuestras vidas y la de nuestros ancestros (a excepción de contextos de guerra o similares) en nuestras familias estas tradiciones no podrán llevarse a cabo de esta forma, pero esto no será impedimento para buscar que el espíritu navideño, así como la intención de despedir el año 2020 y recibir el 2021, conserve su magia, encontrando principalmente la forma de no perder el contacto y todo lo que conlleva, ahora eso, para algunas familias, se podrá realizar digitalmente para estar conectados de manera virtual.

Esperamos que toda esta pesadilla sea efímera y no se convierta en una tradición ahora digital, sino únicamente en una anécdota que se transmita de familia a familia y a cada generación expresando lo que nos trastocó y sensibilizó profundamente en el año 2020, para valorar la importancia de verse a la cara y sentirse con cálidos abrazos de corazón a corazón.

Una reflexión final

Las tradiciones hay que preservarlas, fortalecerlas son parte de nuestras vidas de familia y de las organizaciones, sin duda nos dan identidad; pero sobre las tradiciones estarán siempre los valores personales, familiares comunitarios, ya tendremos mucho que contar a las futuras generaciones, principalmente de cómo suplimos esas tradiciones y desplegamos con fuerza moral e integridad nuestros valores, si dejar de mencionar con profundo desconsuelo a aquellos que fallecieron por esas circunstancias, junto con esos otros que fallaron a valores comunitarios y que afortunadamente fueron los menos.

Nota: si estás de acuerdo por favor comparte esta colaboración y recuerda, no bajemos la guardia y sigamos con el #PoderosoNoSalgas y el #QuédateEnCasa

Carlos Vargas

Carlos Vargas Hernández es reclutador digital, consultor, coach, gestor de asociaciones profesionales, articulista, escritor, mentor y conferencista. Es colaborador de diversos medios, como Merca 2.0. Su correo es: carlos.vargas@mundofarma.com.mx

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