Columna VALID
A pesar de sus méritos, el sistema de salud danés no está exento de desafíos. La gestión eficaz de los recursos y la mejora continua son cruciales para abordar las demandas crecientes y mantener la calidad de la atención. Además, la equidad en el acceso y la cobertura total requieren un compromiso constante con políticas inclusivas y una distribución equitativa de los recursos.
Fausto Hernández Montiel
El sistema de salud en Dinamarca, a menudo referido como un modelo a seguir, ofrece una visión alternativa y fascinante sobre cómo podría funcionar la atención médica. Mientras, en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho múltiples promesas de igualar, o incluso superar, este sistema, pero todos sabemos que aún hay un largo camino por recorrer para alcanzar ese ideal.
Una de las piedras angulares del sistema danés es su gratuidad universal. Todos los ciudadanos y residentes tienen acceso a la atención médica sin costo alguno. Este enfoque en la igualdad de acceso es encomiable, aunque requiere una infraestructura sólida y un compromiso sostenido por parte del gobierno y la sociedad en general.
Por otro lado, el sistema de salud danés opera en tres niveles: nacional, regional y municipal. Esta descentralización, contrario a lo que está ocurriendo en México con el IMSS-Bienestar, permite una mayor eficiencia y adaptabilidad a las necesidades locales. Además, el énfasis en la regulación y supervisión estatales garantiza estándares de calidad uniformes en todo el país.
Atención especializada
Una característica notable es la elección entre dos modalidades de atención médica. La mayoría opta por registrarse con un médico general, quien actúa como punto de entrada al sistema y coordina la atención especializada, según sea necesario. Esta estructura proporciona una atención integral y personalizada, priorizando la prevención y el manejo eficiente de los recursos.
La propiedad pública de la mayoría de los hospitales asegura un acceso equitativo a servicios de alta calidad. Además, la financiación mixta, con una parte significativa proveniente de impuestos, garantiza la sostenibilidad a largo plazo del sistema. Sin embargo, la presencia de un sector privado no debe ser pasada por alto, ya que brinda opciones adicionales y contribuye a la diversidad y competencia en la prestación de servicios de salud.
Otro aspecto a destacar es el énfasis en la educación médica gratuita. Este enfoque no solo garantiza un suministro constante de profesionales de la salud, sino que también promueve la equidad en el acceso a la formación.
Equidad en el acceso
A pesar de sus méritos, el sistema de salud danés no está exento de desafíos. La gestión eficaz de los recursos y la mejora continua son cruciales para abordar las demandas crecientes y mantener la calidad de la atención. Además, la equidad en el acceso y la cobertura total requieren un compromiso constante con políticas inclusivas y una distribución equitativa de los recursos.
En suma, el sistema de salud en Dinamarca ofrece valiosas lecciones que pueden inspirar reformas significativas en México y en otros lugares. Sin embargo, la implementación exitosa de estos principios requiere un enfoque holístico y colaborativo, que priorice el bienestar y la dignidad de todos los ciudadanos. En última instancia, la salud es un derecho fundamental que debe ser protegido y promovido en todas partes.