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El gasto en salud para el 2022

Columna INEFAM

El año 2022 será un año de contrastes: por un lado, con un incremento sustancial en el gasto en salud, tan necesario, pero que ocurra bajo una gestión pública que ha dado magros resultados. Sin duda, es urgente redoblar esfuerzos para minimizar los impactos de la Covid-19 y que ciertamente se nota en el presupuesto, sin dejar de ser preocupante su correcto manejo.
Los rezagos en los procesos de compra actuales no serán del todo resueltos y podrán impactar los primeros meses del siguiente año con una mayor presión por desahogar los pendientes y sin tener clara definición de cómo se realizarán las compras de estos insumos para entonces.

Enrique Martínez Moreno / José Carlos Ferreyra López

Las grandes cifras

El pasado 08 de septiembre el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), doctor Rogelio Ramírez de la O, entregó a la Cámara de Diputados el Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para el año 2022, el cual está siendo discutido y próximo a su aprobación, para que posteriormente pase a la Cámara de Senadores en donde podrá sufrir cambios, y en su caso, su aprobación.

En lo particular, es de hacer notar que el gasto en salud (“función salud”, como se le conoce según las categorías presupuestales) tendrá un incremento sustancial para el próximo año por poco más de 130 mil millones de pesos (mmdp); es decir, un crecimiento de 19.4%, condición nunca observada en un rubro tan importante en beneficio de la población mexicana, entre las principales instituciones federales.

Se trata entonces de pasar de un presupuesto en 2021 de más de 670.3 mmdp a 800.3 mmdp para el 2022. La Tabla 1 resume la estructura general del gasto en salud en comparación con el 2021,en donde el rubro de “Aportaciones  a Seguridad Social” muestra el mayor crecimiento con 186.8%, al pasar de 21.26 mmdp a 60.87 mmdp; destaca que instituciones como  la Secretaría de Salud (SSa), Secretaría de Marina (Semar) y Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) crecen a dos dígitos; las principales instituciones federales, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), crecerán un dígito, al igual que el Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FAASA).

Tabla 1

Fuente: Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Incluye aportaciones a Seguridad Social de las Dependencias y Entidades y la suma de los parciales puede no coincidir con el total, debido al redondeo de las cifras.

* Incluye gasto programable por 793.952 millones de pesos.

Tal crecimiento se observa como una condición muy positiva para el país (siempre y cuando se ejerzan de manera eficiente y oportuna), que obedece en buena parte ante la necesidad de seguir haciendo frente a la Covid-19 con la adquisición de vacunas, así como impulsar en mayor grado el primer y segundo niveles de atención entre el sistema de salud (que corresponde de alguna manera a lo comprometido desde la plataforma electoral del actual gobierno), particularmente con el programa de IMSS-Bienestar, que tiene un crecimiento esperado del 73%,[3] cuya primera lectura es que realice lo que el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) no ha logrado en garantizar acceso a la población sin derechohabiencia y de poco recursos (precisamente lo que lo realizaba el Seguro Popular, ahora extinto); ante sus continuas deficiencias agudizadas por la pandemia.[4]

Gráfica 1

Elaboración propia, con información de Tabla 1.

En cuanto al “programa de vacunación”, se destinarán 28.6 mmdp (más un estimado de 7.7 mmdp para su gestión y aplicación de las mismas en todo el territorio nacional). El crecimiento esperado es de más del 1,200% (Tabla 2). El dato resulta “soprendente”, pues de entrada llama la atención que en este rubro se considere la misma compra de vacunas, donde, sin duda, predominarán aquellas contra la Covid-19, así como el resto de los biológicos que anualmente deben adquirirse y que típicamente se considera en el presupuesto de compras de medicamentos.

A reserva de la categoría presupuestal que deba corresponder, cabe mencionar que, en general,  cada año el promedio de gasto en vacunas es de 7 a 8 mmdp para una veintena de las mismas. De seguir esta tendencia para el 2022, ello significa que podría destinarse un presupuesto mayor a los 20 mmdp para seguir haciendo frente al virus SARS-COV-2, monto que se percibe bajo ante el reto de cubrir a la población durante el primer semestre de 2022, como han señalado las autoridades.

Tal es la duda, que hoy no se tiene pleno conocimiento de la erogación realizada por la compra de estas últimas en lo que va del presente año, dado que las autoridades han mencionado cifras que fluctúan entre 30 a 40 mmdp, sin lograr aún plena cobertura de las dos dosis recomendadas.

Tabla 2

Fuente: SHCP, Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación, PEF 2021 Y PPEF 2022, https://www.transparenciapresupuestaria.gob.mx/

Otro rubro que destaca es el programa relacionado con “atención a la salud medicamentos gratuitos…”, que ha sido una de las banderas que el actual gobierno ha enarbolado y ahora se podría ver impulsado para el 2022 con un crecimiento del 73%. Es posible que este rubro se asocie con el programa de “farmacias gratuitas” que estarán a cargo del Insabi. Dicho programa, por cierto, se desconoce cómo funcionará, cuál será su estructura y cómo podrá impactar, ante un escenario de rezagos en la logística y distribución de estos insumos, que siguen mostrando desabasto en muchas instituciones públicas del país.

Gráfica 2

Elaboración propia con información de tabla 2.

Presupuesto para medicamentos y dispositivos médicos para el 2022

De aprobarse, se espera que se asignen poco menos de 123 mmdp, lo que podría significar un crecimiento de 27.51% respecto al presupuesto de 2021 (con 94.4 mmdp, como lo muestra la Tabla 3). En el desglose de la información, el asignado a medicamentos podría alcanzar más de 103.1 mmdp, prácticamente un crecimiento cercano al 49% respecto al año en curso. La SSa y Semar muestran crecimientos de tres dígitos, donde la primera podría disponer de 31.9 mmdp en 2022, monto que es seis veces mayor a los dispuesto en 2021 y casi el doble de lo que se adjudicará al ISSSTE.

El IMSS, que posee el mayor presupuesto, podría representar poco menos del 50% para la asignación total del próximo año, con 50.6 mmdp, con un crecimiento de 13.3 por ciento.

Una posible razón del descomunal crecimiento en medicamentos es que se cargue en este rubro parte de las compras para las vacunas contra la Covid-19, como se sugirió en párrafos anteriores, de manera que, al descontarlas, quede un presupuesto real cercano a 75 mmdp, que sería solo 8% superior a lo presupuestado para el 2021, por un monto de 69.25 mmdp.

Lo anterior tiene una notable discordancia con el gasto en insumos, entendido como aquel en donde se identifica el material de curación y dispositivos médicos: podría contar con solo 19.86 mmdp en 2022, que representa una reducción cercana a 27% respecto a los 27.18 mmdp aprobados para el presente año, lo cual es contradictorio al ser bienes requeridos de manera prioritaria en el sistema de salud. La mayor caída se registra en el IMSS con un ajuste de 39.8%, ya que contaría con solo 10.5 mmdp en 2022, es decir, se le estaría quitando cerca de 7 mmdp.

Tabla 3

Fuente: SHCP Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación PEF 2021 Y PPEF 2022, https://www.transparenciapresupuestaria.gob.mx/

Año de contrastes

El año 2022 será un año de contrastes: por un lado, con un incremento sustancial en el gasto en salud, tan necesario, pero que ocurra bajo una gestión pública que ha dado magros resultados. Sin duda, es urgente redoblar esfuerzos para minimizar los impactos de la Covid-19 y que ciertamente se nota en el presupuesto, sin dejar de ser preocupante su correcto manejo.

Los rezagos en los procesos de compra actuales no serán del todo resueltos y podrán impactar los primeros meses del siguiente año con una mayor presión por desahogar los pendientes y sin tener clara definición de cómo se realizarán las compras de estos insumos para entonces.

Las compras públicas de medicamentos e insumos para la salud requieren de una planeación anticipada, correcta programación y coordinación entre las partes. Las lecciones a estas alturas deberán ya estar aprendidas con el mayor compromiso para garantizar el derecho a la salud la población. 


[3] Presupuesto para salud en 2022: Prioriza IMSS – Bienestar: primer y segundo nivel de atención – CIEP

[4] Aceptación tácita del fracaso del Insabi | El Economista

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